Seis policías fueron asesinados este viernes en una zona rural de Puebla, un estado del centro de México asolado por bandas del crimen organizado que se dedican al narcotráfico, robo de combustibles y secuestros, informaron autoridades locales.
Los seis policías municipales de Amozoc, cinco varones y una mujer, fueron ultimados tras atender una falsa alarma en una zona conocida como "Triángulo Rojo" por la violencia que ahí ejercen los cárteles, a unos 150 km de Ciudad de México.
"Regresaban cuando en el camino observan una camioneta y, por los protocolos de revisión, la revisan y desafortunadamente es allí donde pierden la vida", dijo en conferencia de prensa el alcalde de Amozoc, Jesús Cruz Sánchez.
Las autoridades hallaron los seis cadáveres recostados en el suelo y sin sus armas. Solo cuatro de los ellos portaban sus chalecos antibalas.
En el lugar de los hechos fue hallado un camión cisterna cargado con gas "presuntamente robado y una toma ilegal" de combustible, mientras que dos sospechosos armados fueron detenidos, aseguró por su parte el secretario estatal de Seguridad, Jesús Morales, quien explicó que la fiscalía de Puebla llevará la investigación.
Tropas del ejército y la policía estatal fueron desplegadas en la zona y mantenían cerrados los accesos a la alcaldía, constató la AFP.
Puebla es frecuentemente escenario de enfrentamientos entre fuerzas policiales y bandas del crimen organizado que, entre otras fechorías, se dedican al robo de combustible de los ductos de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Estos enfrentamientos, aunados a las explosiones e incendios que generan las tomas clandestinas, han dejado numerosos muertos en esta zona considerada foco rojo por las autoridades.
En mayo, 119 policías de Puebla fueron relevados de su cargo por sospechas de colusión con los ladrones de combustible, mientras que militares y policías detuvieron a un presunto líder de esas bandas junto con un tigre que "custodiaba" su casa, armamento y drogas.
Según cifras oficiales, el número de tomas clandestinas pasó de 2.612 en 2013 a 6.873 en el 2016, y provoca millonarias pérdidas a Pemex.